Coordinador de una tertulia en La Laguna(2000-2013)
En España, una tertulia es una reunión informal y periódica de personas que comparten inquietudes sobre algún tema concreto, usualmente literatura, filosofía, ciencia o política. Suelen reunirse las mismas personas y en el mismo lugar, donde se puede comer o al menos beber algo decente. En febrero de 2000 (ver Acta fundacional) inicié una tertulia bautizada “La Gallera” con un grupo de amigos, y luego se fueron incorporando otros más, a lo largo de sus 13 años de vida. Empezamos reuniéndonos en Casa Maquila, luego en El Brasilia, después en El Rincón Canario, más adelante en Tasca El Montadito Loco y finalmente en la Tasca Óscar Dominguez, todos entrañables restaurantes de La Laguna tradicional. Las reuniones tenían lugar invariablemente el segundo miércoles de mes impar, desde las 8:30 pm. hasta las 12:00 p.m. Como «Gallo Convocante» me ocupaba de remitir las convocatorias a todo el gallinero; muchas veces, en verso. Nuestro brindis: ¡Caramba!
Los Estatutos de La Gallera tienen un solo artículo:
«Todo vale, excepto: (1) no mojarse, (2) pegarse en la mesa, y (3) usar el móvil.
Los contertulios (‘gallos’ y ‘kíkaras’) eran variopintos a propósito, como eran los temas espontáneos que se debatían en la mesa (rara vez relacionados con la política). Teníamos un ingeniero industrial (experto en cohetes e historia de Cuba), un astropaleontólogo (que habla árabe), un médico filósofo, un historiador (especialista en masonería), un físico cuántico (erudito de La Biblia, el Talmud y el Corán), un arquitecto (viajero y lector compulsivo), dos astrofísicos (macho y hembra), un cineasta, un locutor de radio (budista zen), un economista, un escritor, un alemán transplantado (inclasificable), un arqueólogo, un químico, un informático, un jurista, un librero (oficio en peligro de extinción), un psiquiatra, y un biólogo multiuso (que soy yo). Por fortuna, nunca coincidiamos todos a la vez, o la velada habría sido demasiado explosiva. De todos modos, estimamos en 390 el número de botellas de vino consumidas.
La Gallera quizás no debería figurar en este registro de actividades profesionales, pero me resisto a no rendirle un homenaje póstumo. La longevidad de un gallo de pelea ronda los diez – doce años, y nuestra Gallera vivió trece. ¡Caramba!
Miembro del Comité Asesor (1995-2011)
César Manrique (1919-1992) fue un gran artista y paisajista canario con una extraordinaria sensibilidad por el medio ambiente, comprometiéndose en su defensa con una vitalidad desbordante. Siempre me impresionó su carácter efervescente, y la Fundación César Manrique (FCM) es su legado a todos nosotros. Es una institución vanguardista muy activa promoviendo actividades culturales, especialmente de arte, y se ha convertido en un referente respetado y timbre de alarma en cuestiones ambientales en Lanzarote.
En 1995, cuando su presidente, José Juan Ramírez y el director Fernando Aguilera me invitaron a incorporarme al Comité Asesor, acepté sin dudarlo. Nos reunímos una vez al año, y de vez en cuando me envían algún manuscrito para evaluar si merece ser editado. La actividad editorial de la FCM es importante. Dos de mis obras han sido publicadas en ediciones bien cuidadas, y se agradece.
De modo regular, la FCM también invita a eminentes pensadores a dar conferencias. Ello me dio la oportunidad, el 25 de octubre de 1995, de reunirme por primera vez con el Profesor Ramón Margalef (1919-2004), con quien mantenía una estrecha relación y deuda. Nunca asistí a sus clases en la Universidad de Barcelona, pero me considero un «margalefiano» en el modo de entender la Ecología, tras haber estudiado a fondo sus ideas o discutirlas con él por teléfono. Mi libro sobre la Piscosfera está dedicado al Dr. Margalef, en homenaje a su gran mente científica.
En 2013 la crisis económica impuso algunas restricciones a las actividaddes de la FCM. Espero que pronto puedan renovarse las reuniones del Comité Científico .
Evaluador de proyectos I+D de cooperación iberoamericana (2006-2007)
CYTED es el acrónimo de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo y es parte del programa de cooperación de España con Latinoamérica. En 2006 y 2007 evalué varios proyectos presentados al área temática de Desarrollo sostenible, cambio glogal y ecosistemas. El proceso es parecido a la revisión de un trabajo científico, que es familiar para todo investigador, pero resulta más escructurado, con directrices rígidas, las propuestas son generalmente bastante extensas, y tiene mayor impacto sobre los partícipes que las presentan (grupos de investigadores de deiferentes instituciones y países), ya que la subvención depende normalmente de los resultados de la evaluación. El trabajo es voluntario, y el hacer una evaluación a conciencia consume bastante tiempo.
Presidente de una pequeña productora audiovisual (2001-2003)
En 2001, ayudé a Pepe de Miguel a montar Digitalia, , una pequeña empresa dedicada a la producción y posproducción audiovisual en la era digital. Le conocía de la Universidad de La laguna, como alumno de Ecología, y luego por haber realizado juntos una serie de documentales sobre los parques nacionales y naturals de Canarias. Yo escribía los guiones y hacía de presentador, y él era el director, post-productor y también uno de los cámaras. Y era bueno de verdad. La serie tuvo un gran impacto público y yo disfruté haciendo de ‘pequeño Attenborough’ y ayundando a adaptar el guión a la imagen, y viceversa, con la ayuda de un entrañable y algo anárquico equipo de profesionales comandados por Pepe (Bernardo Rosseti, con la steady-cam, Mandi Capote con la música, etc.).
No obstante, mi papel en Digitalia fue más de soporte financiero que técnico, y mi hija Laura trabajo con Pepe en producción durante algún tiempo. Pasados unos años, cuando Digitalia ya estaba lanzada y prometía, recuperé mi aportación y dejé la Presidencia que siempre ostenté. Digitalia sigue activa.
El título correcto de esta actividad debería ser «Guionista», ya que, de hecho, he escrito guiones para otras compañias, como TV7 Producciones, Videorepor y, sobre todo, para Aquawork, que dirige Rafa Massieu, un amigo y excepcional cámara submarino. Pero como he querido titular con instituciones, a Digitalia le guardo especial afecto.
→ Ir a Produccion: Audiovisual
→ Ver documentales en la galería de videos
→ Foto del equipo de filmación en el Parque Nacional de Garajonay, en 1995
Director de la oficina de relaciones institucional del Gobierno de Canarias en Madrid (1994-1995)
El contar con una suerte de «embajada» u oficina de relaciones institucionales en Madrid, era un objetivo largamente deseado por el Gobierno de Canarias. Cuando me llamó el presidente Manuel Hermoso para ver si estaba dispuesto a montar algo así, que nada tiene que ver con la ecología o el medio ambiente, no entendía nada ni me percaté de cuál era el problema de fondo. Parece ser que los diferentes partidos que formaban el gobierno de coalición, no se fiaban de ningún candidato que perteneciera a otro grupo. Como solución plausible, surgió mi nombre como un profesional neutral e independiente capaz de organizar cualquier cosa. Sopesé la relevancia del caso y acepté, con la condición de que se aprobarán unos estatutos ‘neutros’ para la oficina en cuestión (yo preparé el texto). Así se hizo, por Decreto 20/1994.
En mayo de 1994 me trasladé a Madrid y encontré en Fernanflor n. 8 un edificio noble, justo en la trasera del Congreso de los Diputados, que se adaptaba bien a los fines planteados. Empecé de cero, fusionando cuatro pisos en la planta baja (después de haber trasladado a un inquilino), ocupándome del equipamiento y decoración, trayendo obras de arte desde Canarias, y organizando al personal. El resultado final fue un conjunto funcional y digno, no excento de cierto glamour, en mi opinón.
La ORI se inauguró por todo lo alto en febrero de 1995, y a los pocos meses ya funcionaba con fluidez. Los parlamentarios y funcionarios canarios que acudían Madrid a hacer gestiones empezaron a conocerla y usarla. Trabajo liquidado. Presenté mi informe al Presidente con copia para la Bibioteca -siempre lo hago- y renuncié al puesto.
Respresentante español en varios comités de expertos (1982-1986)+
Durante mi periodo como funcionario del ICONA (Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza) y, en algunas ocasiones, también después, participé como representante de España en varios comités de expertos vinculados al Consejo de Europa, así como en algunos grupos de trabajo y campañas institucionales. Las reuniones tenían lugar normalmente en el Palacio de Europa, en Estrasburgo, y el trabajo pionero y siempre reconfortante se realizaba en el seno de una ‘familia’ de colegas que acudían regularmente: Peter Gay, O’Connor, Dr Norderhaugh, Keith Dow, M. Ribau, Peter Baum, Cyril des Klemm, Martin Speight, E. Fernández-Galiano, Steffano Alavenna, etc.
T-PVS Comité Permanente de la Convención sobre la Vida Silvestre y Hábitats Naturales de Europa (1982 -1986)
CDSN Cominé europeo para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales
→ SN-VS Comité de Expertos de Vida Silvestre (1982-1986)
→ SN -ZP Comité de Expertos de Áreas Protegidas (1982-1986)
→ SN-PM Comité de Planificación y Gestión del Medio Natural (1983-1985)
Eventos especiales
1983 – Bases de datos en el campo de la conservación de la naturaleza
1988 – Campaña Europa un Patrimonio Común
1993 – Planificación de ENCY-95, Año Europeo de la Conservación
Presidente de una empresa informática con franquicia local (1983-1988)
Durante algunos años (1983 – 1988) ayudé a mi hermano con un negocio de informática en los tiempos en que las computadores personales estaban empezando a introducirse en nuestras vidas. Invertí dinero, actué en ocasiones como gerente temporal, y por unos años fui el presidente de la compañia. No me gusta mucho el mundo comercial, pero la parte positiva es que pillé el tren de la tecnología y me familiaricé con el lenguaje Basic, DBasee III y ordenadores como Apple II, Osborne, IBM PC, Sinclair y otros que hoy suenan a pura prehistoria. Al final, perdí mi dinero y me rendí a la evidencia de que vender no es lo mío.
Asesor para ediciones y actividades culturales (1980-1985)
La Comisión de Cultura y Educación del Cabildo Insular de Tenerife creó el «Aula de Cultura» como un grupo de reflexión de personas escogidas para asesorar o hacerse cargo de actividades culturales, incluida la edición de libros. Me nombraron uno de sus miembros en noviembre de 1980, y centré mi interés en la política editorial del Cabildo. Entre otras cosas, preparé unas directrices para organizar las publicaciones del Aula the Cultura, definiendo las colecciones, estilos, objetivos, etc. Dejé el Aula en 1985, a raíz de un giro político que no me convenció.