EDITOR

Ex-Editor Jefe del Journal for Nature Conservation

En 2001, empecé a colaborar con Urban & Fischer Verlag (Leipzig, Alemania), luego Elsevier, como editor jefe del Journal for Nature Conservation. Tenía interés en difundir el conocimiento adquirido en conservación de la naturaleza a través de una revista, con rigor científico, del mismo modo que existen revistas dedicadas a la medicina. La conservación se ocupa de la salud de la naturaleza, y la medicina de la salud de las personas. Las otras revistas que conocía con el término conservación en sus cabeceras, eran demasiado académicas y estaban sesgadas hacia los currículos de Biología o Ecología. Simplemente quería ofrecer algo útil para quienes ejercen la profesión, pues considero que la conservación de la naturaleza es una teconológia; teconología blanda, pero tecnología que se nutre de la experiencia. Después de dos décadas persiguiendo este sueño, estoy más que satisfecho con el nicho editorial que hemos consolidado, con la profesionalidad del personal de Elsevier, con nuestro nutrido Consejo Editorial, con los editores asociados y con el altruismo de los revisores. El JNC recibe unos diez manuscritos cada semana. La mitad, o incluso más, no encajan con nuestra política editorial y se devuelven directamente a los autores. El resto se procesa y se publica tras una doble revisión por pares (siempre que la superen, obviamente). En la actualidad se publican seis números al año. El factor de impacto (5 años) de la revista es de 2,4, y sigue aumentando; algo bastante estimulante aunque personalmente prefiero tener, como tenemos, altas tasas de descargas de artículos en PDF.  Finalmente, en 2021, tras veinte años de servicio, dejé mi puesto como Editor Jefe para disfrutar mi jubilación y poder concentrarme más en mis estudios entomológicos.

También soy el feliz autor de algunas de las fotografías que adornan la portada de cada volumen anual (pincha en la imagen de la derecha para verlas).

Libros ocasionales

Para mí. editar un libro es una actividad intelectual placentera. Por ello, suelo ocuparme de componer mis informes y algunos de mis propios libros. La Monografía de los carábidos de las islas Canarias (1992), con 634 páginas y 313 figuras la compuse con Wordpefect, que en aquella época era el «summum» en procesadores de texto y manejaba diferentes estilos; pero las figuras había que fotografiarlas y luego insertar los acetatos en las planchas, directamente en la imprenta, durante una semana memorable en Madrid. Sin embargo, la edición que más he disfrutado es la de «Canciones de Noviembre», una compilación de deliciosos poemas escritos por Chusy Hernández, mi mujer. El libro fue mi regalo por nuestro 25 aniversario de feliz matrimonio (1975-2001). Se trataba de una sorpresa, así que lo preparé a escondidas en contubernio con un amigo y poeta, Arturo Maccanti, durante varias sesiones de café o vino, según la hora del día. ¡Fue una sorpresa total! … y seguimos casados.

Hay dos obritas más en camino: «Fajanera» y «Diario de una Rana». Por desgracia, Arturo falleció en 2014 y se lo perderá. En su memoria, inserto aquí una foto de 2001 en la que él y Manolo Padorno († 2002) están flanqueando a Chusy. Eran dos grandes poetas y compañeros en la Academia Canaria de la Lengua.

VIERAEA, Ex-Editor de Zoología

Mi interés por el mundo editorial data de mis años de estudiante de Biología en la Universidad de La Laguna. El Profesor Wolfredo Wildpret -con quien aprendí Botánica- creó la revista VIERAEA (Folia Scientiarum Biologicarum Canariensium) en 1970, y me permitió que le ayudara con la correspondencia, corrección de pruebas y llevarlas a la imprenta (un lugar ruidoso con un embriagador olor a tinta fresca). Después de acabar la carrera fui aceptado formalmente como Redactor de Zoología por un corto periodo (1996-1998). Luego, volví a unirme al Consejo de Redacción durante otro periodo (1990-1997) cuando Vieraea pasó al Museo de Ciencias Naturales de Santa Cruz, con el Dr. Juan José Bacallado como Director. Mi bibliofilia incorregible debió forjarse en esos años en que viví la elaboración de una publicación: desde el manuscrito del autor hasta el producto final con sus cubiertas depositado en tu mano. Adoro los libros impresos y las revistas como un todo, contenido y continente. Los libros electrónico son otro mundo. No huelen.

UNA ESTANTERÍA DE LIBROS ES COMO UNA SIRENA EN TIERRA

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